Hoy os queremos descubrir un maravilloso jardín en Santander que desprende belleza a raudales y sobre todo luz, mucha luz, una luz muy especial y a la que se hace honor desde el mismo momento en que iniciaron un precioso proyecto denominado restaurante Deluz.
Han pasado 6 años desde que el equipo de este establecimiento decidiera abrir las puertas de un pequeño paraíso en el que la cocina se ensalza con el cariño de las personas que atienden al comensal y con los distintos ambientes creados en Deluz.
El denominador común a todos sus espacios es el mimo y el detalle con que se ha cuidado todo, siempre desde la sencillez y la elegancia. Deluz es el vivo ejemplo de que no hace falta alardear de tecnología punta si se tiene imaginación y buen gusto. Prueba de ello es que las tertulias se alargan hasta dejar caer la tarde, momento en que la luz natural pasa a ser sustituida por un alarde de innovación tecnológica tamizando la noche a base de velas.
Deluz es ciencia ficción. Desde sus mesas redondas se puede contemplar un césped recién peinado de película. Las telas refrescan los muebles de los años 50. Las sillas más modernas admiran el diseño atemporal de sus primas de los años 60. Los cubiertos siguen siendo de plata y en las bodas siguen brindando por la pareja que siempre han querido tanto. El crujido de la madera es igual que el de sus apetecibles rollitos recién horneados.
Su carta es fruto de una selección natural que ha venido innovándose con más de 100 recetas. Los viajes del equipo de Deluz han sido la gran inspiración. Dejándose influir por sus viajes, conservaron de cada uno de ellos una receta que mantienen como un amante del que no pueden desprenderse por su embrujo. A veces hacen talleres de creación y reinventan recetas de los años 20 o no, como su tarta de galletas de chocolate, que la elaboran igual que hace 33 años.
La búsqueda de la excelencia en la materia prima les ha hecho considerar que el mejor pescado es el más fresco y salvaje, por eso madrugar merece tanto la pena para ellos. También decidieron que comer carne ecológica sabe mejor y es más sana y fresca y por eso decidieron incorporarla a su oferta gastronómica. Los vinos los adoran con gran motivación.
En temporada estival, las mesas salen a pasear por el jardín y las estrellas y el toldo arropa a los comensales en las noches cálidas. Los muros bajos se llenan de velas, de tertulias con nocturnidad y alevosía, de suaves brisas que agitan las mimosas.
En los días luminosos y brillantes, las mesas se inundan de aperitivos y risas y, en las tardes de eclipse, las sombras de los árboles hacen magia por el jardín.
Nuevamente, la luz irresistiblemente seductora convierte en un lujo entrar en este oasis urbano en el que dejarse contagiar de sensaciones, de la energía de los tilos, de la naturaleza viva, de algo salvaje, muy libre y ¿por qué no? Feliz.
La terraza del Deluz es un regalo donde de los almendros jóvenes e insensatos que han pasado un duro invierno han brotado dos flores. El ciruelo Pisardii y la mimosa están preciosos y las flores más literarias y las camelias saludan de nuevo.
Parece poesía, pero es más bien inspiración. Deluz es una bella musa de la que emana una belleza singular e indescriptible y que aporta una paz interior que en pocos rincones se puede encontrar.
RESTAURANTE DE LUZ
Dirección: Ramón y Cajal, 12
39005 Santander
Tel: 942 290 606
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Enlace: Restaurante DeLuz