Te propongo que visualicemos juntos una situación: estás sola en casa. No esperas que llegue nadie en horas. Ya te ha dado tiempo a navegar por la Red, a echar un vistazo a una revista y al Facebook.
Te apetece darte un baño relajante aprovechando esos momentos de tranquilidad. ¿Por qué no hacerlo? Solo tienes que llenar la bañera con agua caliente y echar un poco de gel para hacer espuma. Pero si lo que quieres es que, además, tu piel quede suave tienes que recurrir a las sales de baño. Pero justo en el momento en el que te dispones a echarlas, descubres que te has quedado sin ellas.
No es algo dramático, pero una solución es recurrir a hacerlas en casa. Tan solo te hará falta sal marina, sulfato de magnesio (o sal Epsom), una bolsita de té -evitando los que oscurecen mucho el agua-, aceite de jojoba y aceite esencial con un aroma que te guste.
Hazte con un recipiente grande de cristal que tenga capacidad para albergar 2 tazas de sal común, la misma cantidad de la sal de Epsom y la bolsita de te. Mézclalo todo bien con las manos hasta conseguir que los tres elementos estén bien unidos. Por otra parte, mezcla el aceite de Jojoba con el aceite esencial y vierte en un mismo recipiente las dos mezclas.
Para regalar
Con la mezcla resultante podrás darte más de un baño e incluso si tienes botes bonitos podrás preparar varios para tus amigos y familiares. Seguro que les encantará la idea de saber que es un trabajo casero y que no lleva aditivos. Prepara el tarro -siempre tiene que ser de cristal- con un lazo bonito y escribe una agradable dedicatoria personalizándolo.
¿Harías sales de baño en tu casa o prefieres comprarlas? Cuéntanos cuál es tu elección.
Fuente Imágenes ThinkStock.