La limpieza de los objetos dorados requiere de cuidado y productos adecuados para evitar que el uso de limpiadores muy abrasivos acaben dañando el metal. Seguro que tienes algún objeto dorado en casa, ¿sabes cómo limpiarlo adecuadamente y así prolongar su vida?. En este artículo te damos algunos trucos muy útiles.
El tratamiento para la limpieza de objetos dorados es distinto atendiendo el material de que están hechos. Si el objeto es de metal, por ejemplo, una bandeja, candelabro, un aplique de lámpara o similares, podemos probar frotando la superficie con un cepillo humedecido en agua y amoníaco. Una vez eliminada la suciedad, secar y pulir bien con un trapo que no deje pelusa.
En el caso de que esté muy estropeado el dorado, hacer una pasta de vinagre y pimentón y frotar bien. Después aclarar con agua y secar con un trapo. Si el objeto fuera de oro, una solución de agua jabonosa y bicarbonato los dejará brillantes y como nuevos. También resulta eficaz sumergir en agua templada la pieza y añadir un poco de detergente para prendas delicadas, cepillando suavemente con un cepillo.
En el caso de que el objeto esté realizado en madera dorada, el procedimiento debe ser en primer lugar limpiar muy bien toda la superficie con un plumero de forma que no quede ningún resto de polvo. Después batiremos un clara de huevo a la que añadiremos unas gotas de lejía y se extiende sobre la pieza con un pincel que cuando seque, formará una capa que al retirarse se llevará toda la suciedad. Tras esto, abrillantaremos con un paño de piel de camello.
Otro excelente truco es usar el zumo de una cebolla a la que habremos licuado, empapamos un trapo y frotamos por la superficie, dejando secar. Se repite la operación con un trapo que no suelte pelo y listo, quedará brillante y como nuevo.
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