El tiempo libre de que disponemos en vacaciones podemos aprovecharlo en introducir en nuestra vida nuevos hábitos de vida más sencillos y amables con el entorno. Planificar unas vacaciones más ecológicas puede ser el resorte que nos invite definitivamente a adquirir costumbres más sanas, menos consumistas y que tengan el mínimo impacto sobre el medio ambiente. ¿Quieres ver cómo…?
El tiempo transcurre de forma diferente durante los largos días de verano, especialmente cuando estamos de vacaciones… El ritmo diario se ralentiza, y parece que hay tiempo para hacer muchas más cosas con nuestro tiempo libre. Por eso puede ser una buena idea aparcar el coche y empezar a utilizar medios de transporte alternativos como la bicicleta. Como no hay tanta prisa por llegar a los sitios, dar paseos en bicicleta pueden ser una estupenda idea para dejar de emitir humos y consumir energía con el vehículo, y hacer pequeños recados o desplazarte en tu lugar de estancia.
Reducir al mínimo los residuos puede ser otra estrategia para ahorrarle al medio ambiente el gran número de bricks, latas, botellas y todo tipo de envases, cuyo consumo aumentamos en vacaciones. Ahora que tienes tiempo de sobra, aprovecha para comprar la fruta y la verdura en los mercados y mercadillos locales, en vez de en el supermercado. Además de estar más sabrosa, evitarás tener que reciclar los envases de poliespán en los que vienen estos alimentos.
Del mismo modo, suprime en lo posible las bebidas envasadas que consumes durante el invierno por falta de tiempo: ¿qué tal hacerte tu propio zumo natural de naranja cada mañana o preparar limonada como refresco familiar? Aprovecharás toda la vitamina C de los cítricos y estarás tomando verdaderos elixires para la salud completamente naturales (y económicos).
Tampoco es recomendable sustituir los productos envasados por sus equivalentes en porciones individuales: sobrecitos de café soluble, pequeños envases de mantequilla o mermelada… Al final habrás gastado mucho más dinero en mucha menos cantidad de alimento, ya que los envases individuales encarecen mucho el producto.
Si viajas en avión o en cualquier otro medio de transporte, donde el peso del equipaje cuenta y mucho, aquí tienes una buena fórmula para ahorrar espacio y carga: llevar de vacaciones la ropa que estés a punto de desechar… Si vestir impecable no es imperativo durante tus vacaciones (no lo hagas en un crucero, por ejemplo), llévate las camisetas más antiguas, los pantalones y chanclas más viejos, y todo aquello a lo que le quedaba poco para ir al contenedor de ropa usada. Aunque no te lo parezca, quedará supercool con tu moreno de vacaciones y pocos aderezos más…
Otra precaución que denotará tu preocupación por el medioambiente este verano es usar protectores solares ecológicos. ¿Sabías que se vierten al mar entre 4.000 y 6.000 toneladas de protector solar cada año, y que los productos químicos que contienen inciden negativamente en las colonias de corales y otras especies…? Tenlo encuenta, y procura protegerte con camisetas, pamelas y ropa de algodón clara en la medida de lo posible, y al comprar tu protector solar, intenta que sea oil-free y evita los que contengan paraben, cinnamate, benzofenone y derivados del alcanfor. En general, mejor elegir filtros físicos (se absorben peor, pero han mejorado mucho) que químicos…
Fotografías: Garnier, Stock Xchng
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