Reconozco que nunca me gustó mucho la combinación del blanco y el negro, pero últimamente la veo en todos los sitios y está empezando a ocupar un lugar destacado en mi cabeza. Esta mezcla me ha recordado siempre al uniforme de los camareros -con todo el respeto hacia esa profesión, que conste-.
El caso es que cuando antes veía un suelo de este tipo me horrorizaba. No entendía por qué el propietario no lo cambiaba inmediatamente por otra versión más actual o simplemente por uno de color blanco o negro, pero sin combinar.
Las culpables son estas fotos que comparto con vosotros (espero que os gusten y si pensáis como yo, que cambiéis de opinión)
En este primer caso, se trata de un pasillo. Esta zona de paso cuenta con una silla, un aparador y un gran cuadro. La lámpara que ilumina la estancia es vintage. Quizá sea por el blanco de las paredes, pero el aspecto es de pulcritud absoluta.
La siguiente opción resulta un poco más abigarrada, pero creo que es por la decoración del loft en cuestión. O quizá resulte acertada porque el blanco del suelo tiende más a la tonalidad beige que al blanco nuclear.
No puedo dejar de comentar otros detalles que me llaman la atención: el predominio del color turquesa -otro “must” de esta temporada, así como el maniquí, suponen un acierto seguro. Pero, como este post es de suelos, tenemos que centrarnos en él y en los pequeños azulejos que lo conforman.
Por último y no menos importante, este cuarto de baño. Con unos azulejos dispuestos en soga hasta media altura y la parte de arriba simplemente pintada respetando el relieve de la pared.
Los apliques que iluminan el espejo parecen sacados de un antiguo galeón, pero lo que más me ha impactado ha sido el buen uso de esta bicicleta, reconvertida en mueble y depositaria de las toallas.
¿Qué opción te gusta más?
Vía: foto 1 y 2 Mother in law.
foto 3 Vintage and chic