Cuando el bebé ha crecido no podrá seguir utilizando su cuna, y esa cuna que tanta ilusión despertó cuando la hemos comprado, y que también nos ha resultado cara, y se encuentra en buen estado y la apreciamos porque solía ser la cama de nuestro bebé, podemos aprovecharla y reciclar una cuna de bebé en una mesa para las tareas del bebé que ha crecido ya o su hermano ¿y por qué no para ambos?
Si eres de las que se decantan por las manualidades y se les dan bien las tareas de bricolaje o bien tu pareja disfruta de arreglando y haciendo novedades en casa, pueden reciclar una cuna tan fácilmente y en una manera tan atractiva, que no cabe duda que estarán encantados con el resultado. Es tan fácil que te sorprenderá lo rápidamente que lo haces, lo primero que hay que hacer es retirar el colchón de la cuna, y la baranda de un lado, retirar los tornillos, lijar donde queden ranuras que podrían ser incómodas.
Hay que medir el largo y ancho y en ese sentido comprar una pieza de madera que servirá de base y que atornillaremos fijando en la cuna para que quede estable. En la baranda que hemos dejado, colocaremos algunos tornillos para colgar tijeras, una bolsa de foam para guardar lápices y una pequeña pizarra para que los niños anoten en la misma. Ahora hará falta adquirir un par de sillas para que sirvan para completar este escritorio infantil que hemos armado con la cuna.
Con el resultado final inspirada en la imagen que te presentamos, encontrarás que no tienes por qué enviar a la buhardilla la cuna o deshacerte de ella porque ya nadie duerme en la misma, solo tienes que aplicarte a reciclar la cuna y aprovecharla dando un nuevo uso al mueble. En una economía restringida como la actual, estos pequeños detalles nos suponen un ahorro.