La luz resulta imprescindible. Esta invitada de honor recorre la casa de forma dominante y como elemento indispensable para crear espacios y dar amplitud y brillantez a una casa abierta, con jardín y aire libre. Vamos a describir este hogar situado al oeste de Madrid.
La dueña aporta toques románticos como faroles en blanco de la Provenza, bandeja y mantel de herencia y un jarrón blanco con flores blancas. La decoración es clara para una residencia sin ruidos ni polución, y muy abierta. La terraza con su pavimento de piedra de Campaspero de Valladolid con una zona de estar con muebles de ratán.
Todo en la casa es cómodo y actual, el porche con un ambiente práctico y espacioso, muy funcional, también en ratán los sofás y sillas, butacas y banquetas en hierro. El salón comedor de verano se compone de mesa de hierro modelo Avalon y sillas a juego del mismo material. Un paisajismo muy exuberante, le da a este salón un ambiente casi tropical.
El recibidor muy amplio y minimalista, sin casi muebles ni cuadros, los elementos son una mesa de Provenza, lámpara de techo enorme. Resalta el suelo en mármol con baldosas en damero grises y blancas. Elegancia a la máxima potencia, escaleras en mármol gris más oscuro, barandilla florentinas y un jarrón blanco con flores en la mesa del enorme recibidor.
La comunicación es vital en esta zona de la casa, el recibidor, salón, despacho, pasillo y comedor se perciben perfectamente a través de puertas cristaleras que siguen aportando luz a la zona de recibimiento.
El salón y zona de estar es una invitación a la paz y al relax, diferentes tonos de gris y blanco. Los muebles, pocos, pero muy funcionales y bien colocados, sofás enfrentados y mesa cuadrada enorme de acero.
El comedor literalmente a las puertas de la cocina, mesa para ocho comensales rectangular, y sillas Lousse en blanco y madera. La estancia se caracteriza por su transparencia y sencillez, con un mantel de herencia bordado a mano, todo es sutileza y aporta tranquilidad.
La cocina de forma inmediata, de grandes distancias, mueble Menorca, lacados en blanco mate, isla de trabajo con campana estilo Progos. Suelos de porcelana y mobiliario liso en tonos claros.
Las habitaciones en rosa para las niñas, con literas blancas, suelo en alfombra rosa pelo largo y sillas y camas lacadas en blanco. Mucha luz como en toda la casa, la cual transpira sencillez con grandes dosis de buen gusto, nada recargado, todo espacioso y muy bien dispuesto. Una casa con los espacios y ambientes exactos, y con la luz como elemento predominante e imprescindible.