Las mesillas de noche cumplen un objetivo básico al lado de la cama: poder colocar una lámpara para iluminación indirecta, depositar aquellos objetos que nos molestan cuando dormimos -anillos, pendientes…– y para almacenar objetos cotidianos que usamos a menudo.
Se trata de un mueble del que no podemos prescindir. Si estás buscando tu mesilla y no encuentras la que te encaja siempre puedes recurrir a unos trucos para personalizarla a tu gusto. ¡Toma nota!
- Una cajonera sin tiradores puedes personalizarla por muy poco dinero poniéndola unos tiradores llamativos. Los puedes encontrar de distintos acabados y materiales. Apuesta por unos con incrustaciones de cristal de Swarovski y sorpréndete con el resultado.
- Una mesilla muy rallada o deteriorada por la parte superior, te quedará como nueva si colocas un cristal de vidrio templado de colores encima. En grandes tiendas de decoración lo puedes encontrar en blanco o con una tonalidad oscura semitransparente.
- Si eres un manitas, puedes hacerte con una plantilla de motivos geométricos o de tus iniciales y pintarla con una pintura adecuada y duradera.
- El interior de los cajones tampoco lo puedes olvidar. Unos papeles de seda te pueden ayudar, pero si quieres un efecto más profesional, compra un papel pintado de rayas o estampado y fórralos tú mismo.
- En muchas ocasiones puedes darle un nuevo aire a tu mesilla eliminando el cajón superior y quitando las guías en las que se enganchan los cajones. Este espacio que te queda lo puedes aprovechar para depositar tu libro de cabecera y así mantendrás el orden en la parte superior de la misma.
- ¿Te acuerdas de los antiguos muebles que se usaban para colocar el teléfono? Como mesillas dan un resultado perfecto. Suelen ser altos, tienen un solo cajón y una balda en la parte inferior.
Vía: frenchfinds.co.uk en Flickr CC.