Dentro de la serie de asientos excesivamente exclusivos hoy presentamos tres modelos individuales de estética automovilística o así yo lo he visto.
Para empezar con la serie un primer sillón que personalmente me recuerda los coches cadilac useños (de USA) por su tamaño, enorme y por la forma de picuda y saliente en que termina la trasera de los mismos y que muestra este sillón en los reposabrazos.
Fíjate que me ha gustado el color, la suavidad y brillo de la piel o el textil que muestra, pero es que esos reposabrazos me resultan excesivamente exclusivos.
El segundo es para no llegar tarde a ninguna parte, ideal para Homer Simpson que ya no deberá volver a levantarse del mismo para ir a la nevera a coger una cerveza.
Ciertamente todavía no sabría diferenciar si se trata de una silla de ruedas de superlujo y cómoda o de una butaca.
El siguiente y último modelo podría definirlo como una silla de auto para bebes en tamaño adulto sobre un pie.